Con esos 35 grados a las cuatro de la tarde del mes de agosto y para aquellos que no somos capaces de dormir la siesta (en Veleigaz por poner un ejemplo…),la alternativa que nos queda es escuchar el sonido de las moscas… y tengo que decir; que de vivir en la aldea, esto es una de las cosas que menos me gusta; las moscas, sus picaduras y los mosquitos atolondrados con un único objetivo; los ojos de los paseantes de los bonitos caminos de las aldeas…
Pero como para todo tenemos solución; No hay mejor abanico que un “fentiño ou unha ramiña de carballo como ben nos enseña Chiri:
Y eso que estos animalitos, como todo…, también van a menos ya que antes hasta hacíamos campeonatos de a ver quien cazaba mas moscas al vuelo con la mano.. Esperábamos a que se posaran en el mármol de la mesa de la cocina y zas…. Yo tengo cuatro jajajaja luego ya llegaban los mayores y nos arruinaban la fiesta…nenaaaa trae o bote das moscas… fszzzzzzzzzz por aquí fszzzzzzz por allá, se cerraban ventanas, contras, puertas y todo a oscuras esperando a contarlas después, en la hora de la merienda, donde la luz volvía a entrar en la cocina y volvía el barullo después de la laaaaarga y placentera siesta…. de algunos claro!
Y vosotros... ¿cazades moscas ou durmides a sesta?